Por Don Serafín.
Ayer diversos medios internacionales (The Daily Telegraph, The
Guardian, Financial Times, etc.) anunciaban en unos términos u otros que en el
G-20 se está gestando un rescate a Italia y a España de 700.000 millones de
euros, ahí es nada. Un puñetazo encima de la mesa que acabará con la crisis de
una vez por todas.
Y acabará con la crisis porque según las informaciones ese
dineral no se va a emplear en un rescate al uso, como en Grecia, Portugal o
Irlanda (en el que se presta el dinero a cambio de unas condiciones de
reducción del déficit que acaban por destruir el Estado, ahogan a la ciudadanía
y provocan una espiral imparable de aumento de la deuda), sino que se va a
emplear en comprar deuda pública de estos dos países a largo plazo para que
bajen los intereses de nuestra deuda y para tener financiación de sobra los
próximos años.
La compra de deuda no tiene letra pequeña, no hay
condiciones extraordinarias. Tú compras el título de deuda y yo te devolveré el
capital más los intereses.
Así que nuestro Gobierno tendrá por fin la tranquilidad de
poder gobernar sin estar presionado por la prima de riesgo, sin estar pendiente
de una calificación u otra, sin hacer caso de las previsiones agoreras de un
banco o de un fondo de inversión, sin estar a remolque de los dichosos
mercados.
Habrá dinero de sobra para cubrir el agujero que la crisis
inmobiliaria dejó en nuestros bancos de forma que se reestablecerá el crédito y
se podrá reformar el sistema financiero con tranquilidad para evitar que
vuelvan a producirse abusos como el de las preferentes o los de las salidas a
bolsa de Bankia y Banca Cívica, se podrá reformar la ley hipotecaria y
establecer la dación en pago. Además, bajará por fin el precio de la vivienda.
Sí, estas decisiones provocarán inestabilidad. Pero qué
más nos da la inestabilidad en los mercados si no tendremos que acudir a ellos
para financiarnos.
Nuestros ministros de industria y de economía podrán crear
un plan industrial de futuro para el país aprovechando nuestros grandes puntos
fuertes. Somos muy buenos en investigación farmacéutica, en energías
renovables, en obra civil, en telecomunicaciones, en videojuegos, etc. Tenemos
el tercer idioma que más gente habla del mundo, ¿os imagináis las posibilidad
que esto da a la industria del cine, musical o editorial?
El de Hacienda podrá reformar la legislación tributaria
para hacerla más justa sin tener el fantasma detrás de “si le subes los
impuestos a los ricos se llevarán el dinero a otra parte”.
Se podrá reformar el Estado, quitando lo que no haga falta
como el Senado o las Diputaciones Provinciales, y erradicar la corrupción.
Podremos generar condiciones para devolver esa deuda y
volver a crecer.
Dejaremos de atender a la inmediatez, al cortoplacismo,
para poder construir el futuro.
Una cosa es cierta, no hay que negar las evidencias, el
capitalismo nos ha metido varios goles con esta crisis: nos jubilamos más
tarde, tenemos menos derechos laborales, la sanidad y educación públicas se han
menoscabado, etc.
Pero los mercados aprietan pero no ahogan, plantearán otro
ataque para más adelante, pero ahora nos dejará respirar un poco. Se han dado
cuenta de que si seguimos esta deriva el sistema quebrará y ellos irán detrás
de nosotros. Pueden apretar a Grecia, a Irlanda o a Portugal. Sus quiebras se
pueden asumir, pero Italia y España son demasiado grandes. El terremoto que
provocaríamos sería catastrófico.
El capitalismo no es tonto.
¡Espera!... ¿el capitalismo piensa?
Pues no, señores, no piensa. El capitalismo es voraz hasta
el extremo. En su naturaleza está la de comerse a sí mismo si es necesario. El
capitalismo es un lobo que mata cien ovejas aunque solo pueda comerse una. El
capitalismo no sabe si aprieta mucho o poco, solo sabe que tiene que apretar
cada vez más.
Los mercados son un pequeño porcentaje de la población que
está muy organizado, que defiende sus intereses, que está sacando una buena
tajada de todo esto y que, aunque todo explote, seguirá organizado y
beneficiándose.
Y hasta que la mayor parte de la población no se organice
para defender sus intereses no podrá enfrentarse a esos pocos.
Porque esta crisis no se va a acabar hasta que los lobos
no acaben con el rebaño o el rebaño con los lobos.
Vuelvan al origen, a la esencia, a la raíz. Déjense de
primas y de déficits.
¡ESTO ES LUCHA DE CLASES!... y vamos perdiendo.
P.D.: Para terminar, una bonita escena de la naturaleza.
P.D.: Para terminar, una bonita escena de la naturaleza.
me ha encantado el video. todos los post que he leído en este blog me han parecido muy valiosos, cada uno de una manera.
ResponderEliminarmuchas gracias, es que todos los que escribimos somos muy listos... jejeje
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