Quitémonos la careta, ya es suficiente. En España hay mucha droga y muchas putas. Así de claro. Y mucha gente vive de ello o si no explíquenme por qué tenemos una tasa de paro superior al 23% y estamos tan campantes cuando en otros países superar un 12% significa la quiebra total.
Somos el país de Europa con mayor consumo de cocaína y de marihuana. Además, por nuestro país entra la mayor parte de la
droga proveniente de Sudamérica y África, quizá Turquía se encargue de traer el
opio afgano, pero la cocaína colombiana y el hachís norteafricano amigos, ¡esos
los tenemos controlados!
Aquí hay mucho putero y mucho puticlub, además de
todas aquellas pobres desgraciadas que se prostituyen en la calle. Pues
señores, la mayor parte de esas chicas (un 90% más o menos) han sido traídas a
España de forma ilegal, a través de mafias que las amenazan y coaccionan para
que ejerzan la prostitución.
¿Y a qué viene esto?
Pues viene a que estos negocios generan mucho
dinero negro. Ese dinero negro no es legal, pero es dinero, y el dinero da
poder. Y si un constructor puede influir en las decisiones políticas, ¿por qué
no van a poder hacerlo los grandes traficantes de drogas?
No tenemos datos objetivos pero los hechos hablan
por sí solos. Y los hechos son que los diferentes gobiernos del Reino de
España, utilizando varias modalidades, han realizado amnistías fiscales a
ingentes cantidades de dinero sin preguntar de dónde venía. Sin preguntar si el
dinero aflorado es de las chapuzas cobradas en B de un fontanero o del trafico
de drogas o de un pelotazo urbanístico de algún concejalucho levantino.
Así que dejemos de engañarnos.
Que cuando los grandes empresarios se reúnen con el
presidente del gobierno no es para mejorar el bienestar de la ciudadanía, es
para mejorar su propio bienestar, de la misma forma que el hecho de que un más
que futurible presidente del gobierno se pasee por un puerto gallego, se meta
en un barco en particular de todos los que hay y justamente ese barco
pertenezca al clan más poderoso de la mafia gallega no es algo casual.
Que cuando doblamos en parados a países de nuestro
entorno con economías similares se debe a que hay mucha economía sumergida y
permítanme que dude que esa economía sumergida esté repleta de pobres currelas
cobrando bajo cuerda.
Que cuando en España han circulado el 90% de los billetes de 500 euros que hay y, al parecer, la gente de a pié no ha visto uno en
su vida no es descabellado pensar que están repartidos entre los impulsores del
pelotazo inmobiliario y las mafias de toda la vida.
Que ante Hacienda tú puedes pagar hasta un 45% de
IRPF, tu empresa entre un 20% y un 30% y por tu consumo entre un 4% y un 18%
mientras que las mafias que trafican con drogas y esclavizan mujeres sólo van a
pagar, si quieren, un 10%.
Que esta medida beneficia a quien tiene grandes
cantidades de dinero en paraísos fiscales o “debajo del colchón” pero ese
dinero, una vez regularizado, deberá entrar en una cuenta corriente y qué
casualidad que los bancos españoles andan algo cortos de liquidez.
Que esto no sólo lo digo yo. También economistas, empresarios, inspectores de Hacienda y hasta políticos.
¡Y que viva el Reino Bananero de Españistán!
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